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La legitimación del capitalismo para la explotación de la naturaleza (página 2)



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Las ideas liberales muy difundidas en esa época en Inglaterra, favorecían la iniciativa privada. A esto se sumaban las garantías que daba un parlamento que representaba los intereses de esta burguesía industrial y comercial naciente. "…un orden que se mantiene gracias al poder de un enorme aparato, aparato que puede representar al todo, por encima de los individuos, porque los oprime; es una totalidad que consiste en el total dominio de todos" (H. Marcuse; 1969: 17). La burguesía inglesa había acumulado grandes capitales a partir de su expansión colonial y comercial.

El nuevo sistema brindaba grandes beneficios a los grandes propietarios, la concentración de la tierra en pocas manos permitió que se territorializaran sistemas políticos de propiedad privada, planos simbólicos materializados a través de nuevos límites, en tanto cercamiento de los campos. Comenzaba a diagramarse un nuevo mapa político, esta vez regido por el "caballo de batalla" del liberalismo, la propiedad privada. Los campesinos poco a poco fueron desplazados dentro del territorio, fueron paulatinamente reterritorializándose en la metamorfosis de las nuevas ciudades industriales (Abadie, Galiana, Sandrin: 1993). Consecuentemente también fueron cambiando algunos modos de trabajar la tierra; aquellas instituciones económicas como el diezmo o el trabajo gratuito realizadas por los vasallos al señor feudal fueron desapareciendo con el advenimiento del capitalismo (Lapassade: 1980); como un reflejo fiel de algunos cambios institucionales, "las colonias" se iban agenciando de los modelos europeos, para hacer desaparecer las desnotadas formas de trabajo instituidas (mencionadas en primeras tecnologías de la conquista) y darle paso a una nueva forma de expresión del poder, el trabajo asalariado.

  • La institucionalización del tiempo:

En la mochila de viaje de la ciencia moderna positivista creo lograr divisar un hecho no menos capital que vino aparejado con el surgimiento de las mencionadas organizaciones, me refiero a la producción de una cierta percepción de la vida regida por la institucionalización del tiempo. Se instituyó un tiempo inorgánico, mecánico que comenzó a regir el sentido de la vida en sociedad (ya sea el tiempo de trabajo, el tiempo de estar en prisión, el tiempo para ser educado, etc.), como así también se comenzó a desfasar los tiempos propios de la naturaleza por los de un tiempo matemático. Esta invención dio lugar a la taxonomización de lo intangible, la regulación de los ritmos universales; la emparcelación de un flujo constante a través de las celdas propuestas por los segundos, minutos y horas, generando escisiones en los ritmos de la vida. Inevitablemente esto ha traído una incomprensión para el respeto de determinados tiempos que tiene los ciclos de la vida, en tanto ser humano y naturaleza.

La ansiedad generada por la productividad, le fue arrancando al trabajo y a la naturaleza atributos sustanciales referentes a la constitución del tiempo y sus fenómenos naturales. Otras subjetividades fueron copando el imaginario social. "Los fenómenos naturales elaborados y normalizados por los hombres, encontraron aplicación como medios para determinar la posición o la duración de las actividades sociales en el flujo del acontecer. Sólo con la Edad Moderna se apartó de ese rumbo el empleo de relojes, como instrumentos importantes en la investigación de los meros fenómenos naturales" (Elias, N.; 1989: 11). Paulatinamente se fue pasando de las campanas de la iglesia, al silbato de la fábrica.

En consonancia, los ritmos de la persona comenzaron a ser gobernados por esta nueva institución: el tiempo-reloj. Así comenzó a regularizarse las jornadas de trabajo además de sistematizarse el tiempo de producción en las nacientes industrias para disponer de un mejor control de la producción. La generalización del uso del reloj y del trabajo asalariado en un espacio ajeno a la mayoría de individuos (la fábrica), caracteriza este cambio (Thompson, 1979). Con esta forma de organización la producción aumentó sorprendentemente; así, comenzó a fijarse estándares de ganancia según lo producido. Aludían a ser eficaces para la producción, como tomar los tiempos en que se produce una mercancía para establecer medias sociales y obligarlos a producir más. Pero, ¿bajo qué costos? Como la juguera eléctrica sustituyó al exprimidor de jugo para aprovechar al máximo lo que el fruto nos puede dar.

Era la racionalización al máximo del trabajo del obrero para hacerlo rendir más en menos tiempo; se vio atrapado por el nacimiento de una serie de organizaciones que se nutrieron de los paradigmas de la época. Con esto me refiero a las primeras sistematizaciones de la ciencia en el mundo de las organizaciones del trabajo moderno, más precisamente a partir del denominado Taylorismo. Este último puede ser referenciado como la filosofía económica y social de la empresa avocada a las relaciones sociales de producción, la organización del proceso de trabajo y el sistema de remuneración. "Taylor fue uno de los autores que más contribuyó a formular una concepción operacional para racionalizar el trabajo humano aplicable a la organización y gestión de las empresas orientadas hacia la búsqueda de beneficios, y el que más impacto tuvo en esta materia durante la primera mitad de nuestro siglo en el medio empresarial" (Neffa, 1998: 31).

Lo que empieza a ocurrir es que se comienza a reglamentar la cantidad de horas de las jornadas de trabajo, además de cronometrar el supuesto tiempo de inversión que tiene que tener una persona para ser eficiente en su tarea y por lo tanto ser idóneo para ser contratado por la organización. Ha sido una obligación disfrazada de invitación para que el trabajador fuese más "productivo" y alcanzase los más altos niveles de producción. Esto dio lugar al nacimiento de la competencia entre los trabajadores; en tal sentido los más productivos seguían trabajando, el resto era despedido, "arrancar un plusvalor económico exige tener el poder de hacer creer que el precio del trabajo explotado es un precio justo" ( Guattari, 2004: 27).

Además de cronometrar el trabajo, se vieron acompasados otros registros de uso social (escuelas, hospitales, prisiones, etc.), como así también la instrumentación de otros usos del tiempo más efímeros. La vida en sociedad comenzaba a regirse con otro tiempo, tomaba otras formas de organización; el silbato en las fábricas marcaba a las personas que trabajaban en ella y los pobladores de sus alrededores, el fin de la jornada de trabajo, marcada por la hora de una predilecta precisión al estilo reloj suizo.

Los paradigmas de las ciencias nacientes se nutrieron de dicha concepción del tiempo; y así las épocas de las lluvias o de determinados vientos, marcadas por las precisas manifestaciones de las estaciones, fueron quedando en la incomprensión para ser entendidas por esta nueva forma de contemplar el tiempo. Se tornó en la producción de un tiempo lineal, contemplando un pasado cristalizado, un presente discontinuo y un futuro atrapado en la incertidumbre. "…a partir de la ilustración, la naturaleza se encuentra escrita en un lenguaje matemático que es válido para todo lugar y tiempo, es universal y necesario, perdiendo así cualquier atributo y valor que pueda tener en sí misma más allá de los intereses humanos; (…)lo real es una máquina, es un reloj puesto en funcionamiento por un relojero trascendental" (Cajigas Rotundo; 2007: 2).

Y todo esto tal vez sea el resultado de la aplicación de la máquina taxonómica impulsada por la ciencia positivista que se alimenta de esa necesidad de estratificar todo cuanto queda a su alcance; porque ante todo es una necesidad política, un deseo por las conquistas del territorio. Clasificamos para tener el poder, creamos sus límites y definiciones a través de las lógicas de sentido que lo justifican.

  • Creación de organizaciones avocadas a instituir saberes:

Los escenarios discurrentes fueron demandando una reorganización social. Teniendo presente algunos revueltas sociales como las que generó la Revolución Francesa, el naciente sistema fue adquiriendo los cimientos de viejas instituciones como la familia, la iglesia y el ejercito. Conformando así un ego-político del conocimiento: un racismo epistemológico donde la verdad y la justicia comenzaron a ser producida por la ciencia (Grosfoguel; 2008). Nacieron así modelos de disciplinamiento social, instituciones educativas y de la salud, en tanto organizaciones de trabajo, avocadas a transformarse en reguladoras del deseo, a producir y satisfacer al mismo tiempo nuevos registros de afectaciones.

Se establecieron centros (organizaciones) de enseñanza; así nació la escuela (casi como la conocemos hoy, tomada del modelo del imperio prusiano s.XVIII), la universidad, el hospital, la industria, entre otras; proliferando rápidamente como modelos por toda Europa (y en su defecto en sus colonias). Más que para emancipar funcionó como mecanismo de sujeción (en tanto producción de un sujeto para una determinada social), a través de un sistema panóptico; para la producción de una identidad social consecuente con los intereses de aquellos grupos que producían y ejercían la centralización del poder. "El panoptismo ha sido una invención tecnológica en el orden del poder, como la máquina de vapor en el orden de la producción. Esta invención tiene esto de particular: que ha sido utilizada en un principio en niveles locales: escuelas, cuarteles, hospitales. A través del panoptismo apunto a un conjunto de mecanismos que operan en el interior de todas las redes de procedimientos de los que se sirve al poder" (Foucault 1980: 118).

Fue el comienzo de una semiotización de agenciamientos maquínicos (Guattari; 2004) a través de las instituciones que pregonaban las organizaciones de trabajo nacientes. Estaban lanzadas a la conquista de algo muy importante, la construcción de subjetividad. En consonancia la filosofía social de dicho sistema, comenzaba a imprimirse en aquellos procesos psicosociales que iban integrando la red de fuerzas instituidas e instituyentes, entre aquellas organizaciones que veían con buenos ojos tales acontecimientos. De una u otra forma han sabido instalarse en el centro de una ideología que nos viene habitando y produciendo al día de hoy para reproducir sus lógicas.

Guattari lo piensa como "La necesidad de reinstituir, de territorializar la fuerza colectiva de trabajo sobre un nuevo tipo de formación de poder" (2004: 48). En ese marco comenzó a entretejerse como un proceso que fue transformando la economía como así también la sociedad, la organización política, la vida intelectual y la naturaleza.

La ciencia, los centros educativos y el trabajo se fueron encontrando en el cruce de la construcción de una subjetividad que estuviera a merced de la producción, marcada por una fuerte división de clases, "Marx considera que las clases sociales aparecen en las sociedades con división social del trabajo. No todo el mundo trabaja de la misma manera, ni se relaciona del mismo modo con las fuerzas productivas. Con la aparición de la propiedad privada la sociedad se divide en dos grandes grupos o clases: la de las personas que poseen propiedad privada, que son dueñas de los medios de producción, tierras, fábricas, etc., y la de aquellas personas que no son dueñas de dichos medios y sólo disponen de la fuerza de su trabajo para sobrevivir". (E. Olleta; 1997: 5)

Se basaron en un disciplinamiento de obediencia y autoritarismo, buscando un pueblo dócil y obediente. En tal sentido el nacimiento de las organizaciones educativas funcionó (y lo siguen haciendo) como promovedoras y portadoras de saber (de cierto saber), como productora de un determinado tipo de subjetividad. Aquellos postulados nacientes de las Ciencias Sociales encontraron la oportunidad para hacerse su lugar en el mapa político de la episteme.

Distintos tipos de escuelas fueron surgiendo como tantas realidades sociales; fueron apareciendo aquellas que han pretendido incluir y contener, como aquellas otras destinadas a la capacitación para un determinado trabajo y otras que se fueron avocando a unos pocos, a una elite que se presume constructora de verdades y paradigmas (Film, La educación Prohibida: 2012). La educación implica mucho más que procesos de adquisición de contenidos académicos; Se asiste a una determinada interpretación de la realidad y construcción de sentidos, mediada por el lenguaje y la comunicación.

De esta forma se disponía el escenario para que la Ciencia atravesara la enseñanza y el trabajo. Los niños debían ser enviados a la escuela para ser educados y disciplinados para ciertos propósitos: la civilización del homosapiens, la preparación para las generaciones venideras. En cambio el adulto, ya jugado, posiblemente venido del campo o artesano, encontraba su única salida siendo parte del gran engranaje que suponía dicha industrialización. "Esta ausencia de libertad no aparece ni como irracional ni como política, sino más bien, como sometimiento a un aparato técnico que hace más cómoda la vida y eleva la productividad del trabajo. La racionalidad tecnológica, en lugar de eliminarlo, respalda de ese modo la legalidad del dominio; y el horizonte instrumentalista de la razón se abre a una sociedad totalitaria de base racional" (J. Mortiz; 1964 en H. Marcuse 1969: 58).

Así se conformaba sigilosamente un gran sometimiento, las organizaciones de trabajo educativas como así también la industria, atravesaban a la familia y la sociedad en su conjunto, con una serie de afectos instituidos socialmente. El ser humano era capturado por las lógicas de las instituciones base del sistema capitalista; la subsunción como tecnología de poder que capitaliza la vida en su conjunto, la pérdida de libertades bajo la constitución de un nuevo orden social, el status quo como nuevo abanderado social. Este nuevo orden "precisa capitalizar distintos órdenes de la vida social, entre las que se destaca el trabajo, para hacerlas formar parte constitutiva de su propia composición orgánica y favorecer su reproducción" (A. Migliaro; 2012: 291).

Estas serie de relaciones asociativas intentan dar cuenta de algunas realidades que se fueron amalgamando consecutivamente para establecer la red de relaciones que las compone. Echando un vistazo sobre las formas en que se constituyen estas multinacionales y las lógicas comprendidas sobre el trabajo con relación a bienes naturales, podemos ver cuantas historias componen las raíces de su identidad.

Reflexiones para una cartografía ecosistémica.

Dar cuenta de un juicio de valor acerca de algo perceptible de la realidad supone un acto responsable de contemplar que el uso de las palabras es tan solo un intento por reflejar aquellos planos de composición que comprende dicha realidad.

Referirme a la articulación de las variables propuestas por el equipo docente (trabajo, bienes naturales, y subjetividad) me demandó varios movimientos. Como un fotógrafo que busca con el lente aquel instante para capturar y hacer foco en los pliegues de la realidad, debí esta vez, abrir el diafragma del lente de la cámara para capturar otros planos que hacen al instante a observar.

Una foto en movimiento que comienza con la llegada de la civilización europea América en 1492 y culmina con el capitalismo mundial integrado (Guattari: 2004) que nos rige hoy como sistema mundo. 520 años contiene el instante de la foto que he logrado sacar. Aunque lo que hace foco en esta foto es una historia sintetizada cargada de sentido por quien suscribe, en la cual no dejo de apreciar que el tema rebasa el ámbito de una única modalidad para tratarlo.

De todas las condiciones de posibilidad que hacen posible la coyuntura presente en nuestra región, señalo a groso modo algunos eventos que ocurrieron a partir de la llegada de la civilización europea a América; y dieron lugar a la producción y reproducción de un tipo de pensamiento a gran escala que viene otorgando los significados de una determinada forma de comprender al ser humano, la naturaleza, formas de diagramar las relaciones sociales, en fin nuevos sentidos a la vida, que se cuelan por las manifestaciones del trabajo y la cultura de estas organizaciones (multinacionales) referidas. "Al definir a las Organizaciones como tecnologías donde se materializan regímenes de afectos recursivos y recurrentes que producen diversos sentidos, se señalan que estas tienen por cometido la producción no solo de riquezas, sino que también (en forma conjunta e integrada) la creación de valores morales" (T. Wittke; 2009: 223)

Relaciones actuales entre el estado y las organizaciones de trabajo

  • Espejitos por Oro, Trabajo por Bienes Naturales…

En la bitácora de viaje de estas formas de organización del trabajo, podremos llegar a encontrar sucesos y acontecimientos que se remiten a mucho tiempo atrás, a centenares de años. Y por lo pronto de los sentidos singulares que se generaron ante la multiplicidad de eventos que cubrieron dicho proceso socio-histórico, podríamos distinguir, bajo el criterio para este artículo, el nacimiento de organizaciones económicas vinculadas a la industria, en tanto organizaciones del trabajo. Fueron instalándose en el seno de la sociedad, construyendo y formando parte de una subjetividad que se fue agiornando a los devenires de cada coyuntura.

Impulsando una racionalización de la sociedad, generada por la institucionalización del progreso científico y técnico. Es decir la ciencia toma un lugar físico y simbólico en todos los ámbitos sociales.

Puede pensarse como si quedamos sobre el borde de una frontera, reterritorializados en las márgenes de un centro, sitiados por una subjetividad globalizada que se entreteje en nuestra vida cotidiana. "Las relaciones de poder no son exteriores a los procesos económicos, a las relaciones de conocimiento, etc., dado que son inmanentes a ellas; no son una súper-estructura sino una materialidad directamente productora" (Foucault; 1983: 47).

Esto le supone al sistema capitalista una serie de estrategias impulsadas por estas organizaciones a través del estado (marcos legales y regulatorios bajo el amparo científico y sus formas discursivas) para la legitimación de la relación directa con los bienes naturales. Un poder que intenta lidiar con el estado sin tomar en cuenta la sociedad. El estado se ha ido transformando a la demanda del sistema que lo habita; con esto me refiero a la creación y transformación en nuestro país de entidades que regularicen las relaciones con la naturaleza. Algunos de estas entidades pueden ser la creación de ministerios (Ministerio de Industria y Trabajo en 1967, Ministerio de Industria y Comercio en 1974, Ministerio de Industria y Energía, para pasar en 1991 al actual Ministerio de Industria, Energía y Minería. La DINAMA se creó junto con la creación del ministerio de O.T y M A 1990) además de visualizar como vienen cambiado los perfiles y se busca personas más especializadas e idóneas en la materia, para ocupar cargos estratégicos ( Roberto Kreimerman  Ingeniero Químico como Daniel Martínez Ingeniero industrial, ambos ministros de MIEM).

También se puede ver como se abren nuevos mercados laborales para técnicos, expertos, profesionales que, en otros tiempos hubieran sido impensados (llamados de: MVOTMA – PNUD/Cargo: Consultor en economía ambiental; Consultor en Área Jurídico Ambiental; Consultor en Calidad Ambiental de Suelos geólogos, Planificadores ambientales, etc.). (Fuente: trabajoenururguay.blogspot.com), como así también la consolidación de centros de estudios que brindan una determinada capacitación especializada en asuntos ambientales (el 16 de marzo del 2012, se realizó el lanzamiento en el centro universitario regional norte de Salto, la Licenciatura en Ciencias Hídricas Aplicadas) (Revista Gaceta UR; 2012:6).

El punto no radica en saber si la demanda de estos llamados de mano de obra especializada ha aumentado, si la transformación y creación de algunos ministerios resulta eficiente, o si la creación de estos centros de estudio alcanzan para suplir la demanda, lo que creo que deberíamos identificar son las condiciones de posibilidad que hicieron posible su aparición y posterior demanda. En este sentido poder ir un poco más allá y ver qué es lo que los produce, siendo que no es más que el efecto terminal de todos los enfrentamientos minúsculos continuamente mantenidos en una relación de poder desigual que se ejerce, circula y funciona reticularmente.

En lo que hace a las evaluaciones de impacto ambiental y su respectivo cuidado a través de los marcos regulatorios, existen algunos que contemplan a todo el sistema-mundo como el Protocolo de Kyoto: "es el acuerdo institucional más importante con relación al cambio climático, que tiene su origen en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en 1992. Busca reducir las emisiones de GEIs de los principales países industrializados con el fin de que en el periodo que va de 2008 a 2012 esas emisiones desciendan un 1,8%* por debajo de las registradas en 1990. Se aplica las emisiones de 6 Gases de Efecto Invernadero: CO2, CH4, N20, HCF, PFC y SF6" (K. Aldaketaren, A. Ekimena; 2012: 1) como otros que se inscriben en nuestro propio marco legal, como lo es la aprobación de la Ley General de Protección del Medio Ambiente Nº 17283 del 10/01/2001, además de la ley general o ley marco de materia ambiental. También podemos encontrar la Ley 18471 que supone la protección de los animales y su espacio, medio ambiente, higiene y alimentación de la especie que corresponda. (Fuente: http://www.iau.gub.uy).

Nacieron para regular la actividad de estas organizaciones que están en directa relación con los bienes naturales. En nuestro país quién cumple dicha función es la DINAMA, como organismo de contralor de la política nacional ambiental ante la acción de estas organizaciones.

Surgen con el fin de minimizar los efectos sobre el entorno de la actividad que realizan, además de corregirlos en la medida de lo posible. Este proceso es realizado previo a la ejecución de muchas actividades consideradas potencialmente agresivas. Para ello se debe / debería realizar un estudio del impacto que dichas actividades que se producirían sobre el medio ambiente, teniendo como objetivo mantener un equilibrio entre la necesaria conservación del entorno natural a la par de un necesario desarrollo de la ciencia, la tecnología, la economía, la industria, entre otros planos que hacen a estas prácticas; "…las prácticas sociales pueden llegar a engendrar dominios de saber que no sólo hacen que aparezcan nuevos objetos, conceptos y técnicas, sino que hacen nacer además formas totalmente nuevas de sujetos y sujetos de conocimiento" (Foucault; 1983: 159).

De esta forma se han generado cambios en la gestión ambiental de las empresas que se vinculan a la explotación de la misma, se crearon leyes constitucionales reguladoras para minimizar el impacto de determinadas industrias, se diagraman centros de estudios con formación específica en el asunto y se contrata mano de obra especializada, se establecen tecnologías de evaluación; en fin toda una serie estrategias y tecnologías para poder regular la casa.

Pero no todo es lo que parece, dejamos la puerta entre abierta por algunos escenarios nacionales e internacionales referidos a la industria y la naturaleza, que se ven teñidos por la interrogante del supuesto control que se debería ejecutar, sumado a una realidad maquínica que se filtra más allá de sus marcos regulatorios"Recesión, desocupación, baja de salarios. Degradación ambiental y agotamiento de bienes naturales. Crisis económica y crisis ecológica. Cómo nunca antes en la historia de la humanidad se han conjugado estos dos tipos de crisis" ( 2010; 1).

Entonces cómo es que somos afectados realmente cuando somos habitados por estas organizaciones de trabajo, por el juego de fuerzas institucionales que constituyen su subjetividad en nuestra cultura, Ya lo decía Nietzsche "todo cuanto ocurre en la existencia, todo cuanto absorbemos, se presenta poco a nuestra conciencia" (2000: 29) , a expensas de ese poder activo que él mismo denomina olvido. Tal vez este sea el interés de ciertas organizaciones que centralizan el poder; que muchas de las cosas vitales para nuestra coexistencia queden por fuera de nuestro interés y atención, en el olvido. No hay que ser muy ávido para darse cuenta como ciertos temas son invisibilizados y son suplantados por las portadas neotrivializadas del momento. "El Estado clasista es el lugar originario de la represión. La ilusión institucional y el desconocimiento son necesarios para que se mantenga el sistema social, para la estabilidad de las relaciones sociales dominantes, que las instituciones producen y reproducen. El estado centralizado funciona (…) como productor permanente del desconocimiento institucional" (Lapassade: 1980: 95).

La identificación: La relación de las organizaciones de trabajo con las instituciones

"Crisis, Cambio y Caos son tres términos que se escuchan cada vez con mayor frecuencia. La economía está e crisis, la educación lo está y los valores también. Sin embargo, podemos preguntarnos si lo que está en crisis son las cosas en sí mismas o nuestra manera de apreciarlas" (Najmanovich, 1995: 1)

Hoy me pregunto, si es la ciencia con autonomía propia quien define y explica nuestras vidas o si en realidad existe una especie de plutocracia, o determinados organizaciones con intereses invisibles a nuestra lógica, impensados por algunos de nosotros que utilizan a la red institucional (ciencia, trabajo, estado, etc.) como instrumento de control. Y no se trata de que exista un grupo dominador que imprime a un grupo dominado sus ideas, es mucho más sutil, se da en el interjuego y resultado constante de las relaciones sociales en tanto, Cultura. "Objetivar al sujeto objetivante" (Bourdieu; 2000: 98) es la intención de las instituciones educativas; y en cada uno de nosotros se producirán inferencias tan singulares como colectivas, para seguir al día de hoy construyendo con un determinado sentido la historia.

La educación junto a otras instituciones ha constituido un sistema institucional, una red de poder, sostenidas y desplegadas por cada uno de nosotros. "Donde el ejercicio de poder es posibilidad de saber y donde el ejercicio de saber se convierte en instrumento de poder" (A. M. Fernández, 1992, pág. 162). La institución sostenida por la persona; la persona sostenida por los grupos; los grupos sostenidos por las sociedades, las sociedades sostenidas por las instituciones. El rizoma subjetivo de la sociedad existente nace de diversas formas de producción, de sentir, de pensar. Podríamos decir que se nutre del imaginario instituido que normatiza algunos aspectos de la vida; se funda desde el inconsciente político (Lapassade: 1980) de las organizaciones hijas propias de este sistema, en el cual entre sus mitos encontraremos la organización del trabajo, la organización religiosa y la organización militar (Stourdzé en Lapassade 1973).

La división de clases generada por la división del trabajo trajo concomitantemente un cambio social en el proceso indetificatorio. La identidad que comenzó a gestarse ha tenido que ver con la producción de una sociedad normalizada, taxonomizada, dividida, propensa a la producción; "Esta división produjo individuos, masas, familias nucleares. Esta división terminó de cristalizar una división profunda: la del hombre y la naturaleza, ilusión que sostiene otros dualismos y lo que hoy podríamos entender como un equívoco" (A. Molas; 2002: 111).

Todo esto ocurriendo al mismo tiempo como una red de composición de discursos, de personas, organizaciones, sistemas, energías, que funcionan como condiciones de posibilidad que se retroalimentan e intentan reflejar las prácticas sociales sobre el plano de lo simbólico; entendiéndolas como la actividad de los seres humanos referidas a la transformación de la naturaleza tanto como a la de sus relaciones entre sí. Según Marx, Lo más propio y característico del ser humano es su praxis, la cual lo diferencia del resto del reino animal. "el hombre hace de su actividad vital misma objeto de su voluntad y de su conciencia. (…) La actividad vital consciente distingue inmediatamente al hombre de la actividad vital animal" (1972: 111).

En este plano Castoriadis anuncia un tipo de crisis invisibilizada para muchos, refiere a la crisis de las significaciones del proceso identificatorio de la sociedad contemporánea, la cual es reproducida y agravada por ésta. En su obra El avance de la insignificancia comenta "Si la crisis alcanza un elemento tan central de la hominización social como lo es el proceso identificatorio, esto quiere decir a claras, que dicha crisis es global. (…) Las significaciones imaginarias sociales designan las finalidades de la acción, imponen lo que hay que hacer, lo que es bueno hacer y lo que no lo es, (…) establecen los tipos de afectos característicos de una sociedad" (1997: 158). Estamos siendo testigos de una especie de vaciamiento del trabajo, un trabajo sin sentido; caracterizado por la ingravidez emocional satisfactoria. Algunas de estas formas de trabajo propuestas son el fiel reflejo de la idiosincrasia capitalista; maquínica, alienada, opresiva, desnaturalizada, restringidas a los usos lingüísticos que la definen.

Creo que aquí es donde juega un papel muy importante, el pragmatismo lingüístico, referido a que las palabras construyen la realidad, la materializan. Lo que intento decir es que, por ejemplo los significados que se le atribuían a una árbol en la antigua Grecia, pudiendo ser aquel lugar donde se escondían las ninfas, no es el mismo que aquel que le atribuye el chamán de una tribu, que lo considera como un puente de conexión con una gran espíritu. Por el contrario, hoy el discurso que pregonan estas organizaciones entiende al árbol simplemente como madera; ésta es la construcción de ciertos sectores del imaginario moderno al respecto de un árbol y la naturaleza en su conjunto. Este es el efecto propio que busca este sistema a través de la Biocolonialidad, sobre algunas instituciones. En tal sentido existen palabras que tienen su origen en un momento dado del devenir histórico de la sociedad siendo propias de un momento; son el nacimiento del imaginario de la época. "El ecocapitalismo entra en una fase posmoderna que en el contexto de la sociedad de control, transforma y construye la naturaleza a través de tecnologías biopolíticas de carácter rizomático" (Cajigas: 2007; 9).

A través de la ciencia, la imposición de lo verdadero, la obligación de verdad, los procedimientos ritualizados para producirla, han atravesado por completo toda la sociedad occidental desde hace cientos de años y se han universalizado en la actualidad para convertirse en una especie de la ley general de toda civilización.

Por lo pronto puedo evidenciar una forma de producción con su respectivo discurso, ya no intentando sino imponiendo y difundiendo determinados saberes que se precian de verdades. Cajigas Rotundo realiza una lacónica observación al respecto: " La producción de subjetividades centradas en el consumo, el paso de una economía fordista basada en producción de objetos a una economía posfordista centrada en la producción inmaterial (conocimiento e información), el auge de las nuevas tecnologías, son algunas características de este tipo de sociedad que ha sido identificada con la globalización hegemónica, es decir, con la expansión final y abismal de la lógica del capitalismo en el espacio-tiempo mundial. De otro lado, los estudios denominados poscoloniales, subalternos y posoccidentales, realizados desde Asia, África y Latinoamérica – entendidos no sólo como espacios geográficos sino como lugares que activan el pensamiento crítico-emancipador- han venido articulando una perspectiva que hace evidente la cara colonial de la expansión capitalista y de su proyecto cultural" (Cajigas: 2007; 9-10).

Resulta pertinente ir un poco más allá de las fronteras (como si "frontera" no es acaso un fiel ejemplo del poder discursivo de crear una realidad, un límite imaginado, una realidad mental) de nuestro país para utilizar la mirada y depositarla en otras regiones del mundo y poder dar cuenta que, nuestra región ha servido y por lo que parece, seguirá sirviendo de territorio estratégico a la economía política mundial. 

Debemos tener presente que estamos a travesando lo que Foucault (1995) considera sociedades de control; controlan casi todo, la economía, la naturaleza, el trabajo, la educación, la salud, el conocimiento… aunque por suerte siempre debe existir una fuerza, instituyente si se quiere, que resiste a las lógicas de dicho sistema. Surgen desde nuestro interior como maquinas de guerra, por eso a veces resultan inaccesible al sistema para poder capitalizarlo todo. Su juego hoy en día se basa en la producción de subjetividad, en la captura de algo muy preciado para cada uno de nosotros, "el campo de producción interior" (P. Bourdieu; 2000: 99), como aquello que yace en nosotros, en nuestra mente; como nuestra manera singular de sentir y explicar la vida.

Realidades laborales y organizacionales de nuestra coyuntura

Algunos imaginarios del mundo del trabajo de hoy, encuentran sus raíces en la subjetividad reinante de la Europa colonial expansionista de finales del siglo XV, que a su vez hacen rizoma en otras formas de pensamiento anteriores con similares características.

Esos imaginarios son instituyentes del actual sistema de vida globalizado, entendido también como capitalismo mundial integrado (Guattari; F. 2004); como resultado han otorgado un poder sin precedentes a las empresas. Uno de los modelos de relación que compone a la explicación de la eficacia de su funcionamiento puede ser explicado por el modelo de Triple Hélice (relación de ciencia y tecnología en la sociedad) el cual sugiere que "las principales fuerzas institucionales que determinan los sistemas de innovación son la Universidad, el Estado y la Industria; según sean las relaciones que se establezcan entre ellos, estaremos ante diferentes sistemas de innovación. En el modelo de la Triple Hélice las tres instituciones se solapan e interactúan entre sí" (T. Wittke; 2012: 81).

Y aunque en algunos casos se pueda justificar de que su impacto puede resultar muy positivo (Ej.: la creación de empleo, el incremento de ingresos, etc.), también se puede ver con demasiada frecuencia como "Las estructuras laborales clásicas coexisten con otras, menos perdurables, más flexibles y también más inestables. Transformaciones acaecidas a partir de una nueva economía mundial" (E. Montauti; 2012: 188). Además de violar los derechos humanos y sumir a comunidades enteras en una pobreza mayor.

De alguna u otra forma todo debe ser redituable económicamente; y en su defecto las ciencias sociales occidentales se convirtieron, tal vez sin querer serlo, mayormente en portadoras del legado biocolonial. Allí la égida burguesa fue encontrando territorios para enquistarse en los circuitos de control de poder. Por lo pronto, bajo el protagonismo de las nuevas formas instituyentes de la ciencia y el trabajo, el ritmo del desarrollo industrial y el crecimiento económico que le han augurado un prospero horizonte.

Hoy podemos ver como el discurso de la pauta publicitaria del Colegio Elbio Fernández anuncia que preparan al niño-adolescente como nadie para el mercado laboral; esa es la premisa. Tal vez hubieran podido anunciar (para algunos muy cliché) te preparamos para ser libre, amar o ser solidario. Tal vez lo den por descontado y en el arte de prepararte para el mercado estas cualidades se despiertan en consonancia y uno aprende solo, a desarrollarlas con una serie de lógicas inconclusas. "Ahora existen supermercados de la cultura, trusts editoriales. Los aparatos ideológicos están atravesados por lo económico y lo político" (Lapassade: 1980:94).

Normativas a seguir en torno a la relación trabajo – naturaleza

  • Con lo existente no alcanza:

Cuando hablamos acerca de la historia de la verdad, hablamos a través de nuestra historia, de un discurso totalmente condicionado; y si hablamos de una persona, hablamos de un grupo, de distintas grupos que lo habitan. Una persona un grupo plegado dice De Brasi (1995), a lo cual le agregaría, una persona un grupo de instituciones plegadas. Las dimensiones institucionales esperando ha poder escabullirse entre nosotros, entre los grupos, entre la sociedad; para ser habladas y expresadas por nosotros en las más variadas formas de transversalidad (Rodríguez Nebot: 1991).

Todo ello conformando el juego de retroalimentación de fuerzas instituidas e instituyentes que componen las dimensiones institucionales que nos habitan y se legitiman a través de tópicas que presumen ser doctrinas de la verdad. Lo cual sino reconocemos parte de la historia que nos habita corremos riesgo de caer en lo que Pavlovsky llama "identidad fragmentada" (1986: 31), como aquella que se descentra de sí misma, que no recuerda su pasado, que no tiene una historia coherente.

Por eso comprender nuestro presente, nuestra coyuntura nacional, regional y global nos demanda hacer memoria; hurgar por los intersticios de nuestra identidad como humanidad. En este sentido, me refiero a los antecedentes conocidos por el impacto que producen las formas de trabajo que promueven las organizaciones referidas.

Merece tener presente que en el año 2008 Ecuador se transformó en el primer país del mundo en otorgarle derechos constitucionales a la naturaleza. Esto fue posibilitado por un cambio de percepción de la vida, a lo cual integraron otros planos de composición a su constitución.

"La naturaleza cobra especial importancia en la Constitución, pues incluso en el preámbulo podemos encontrar que se la menciona: "celebrando a la naturaleza, la Pachamama, de la que somos parte y que es vital para nuestra existencia…". Esta mención da cuenta del cambio de concepción que existe de la naturaleza respecto a las otras constituciones del país." (Suárez. S; 2012: 1)

En el capítulo séptimo de la constitución del mencionado país, se establecen los derechos constitucionales de la naturaleza, de los cuales señalan a mi consideración los más medulares para este caso:

"Art. 71.- La naturaleza o Pacha Mama, donde se reproduce y realiza la vida, tiene derecho a que se respete integralmente su existencia y el mantenimiento y regeneración de sus ciclos vitales, estructura, funciones y procesos evolutivos.

Art. 73.- EI Estado aplicará medidas de precaución y restricción para las actividades que puedan conducir a la extinción de especies, la destrucción de ecosistemas o la alteración permanente de los ciclos naturales. Se prohíbe la introducción de organismos y material orgánico e inorgánico que puedan alterar de manera definitiva el patrimonio genético nacional.

Art. 74.- Las personas, comunidades, pueblos y nacionalidades tendrán derecho a beneficiarse del ambiente y de las riquezas naturales que les permitan el buen vivir. Los servicios ambientales no serán susceptibles de apropiación; su producción, prestación, uso y aprovechamiento serán regulados por el Estado." (Constitución de La República del Ecuador, Asamblea Constituyente; 2008: 52).

Con este pequeño apartado intento reflejar como al día de hoy existen experiencias donde las formas de trabajo en relación directa con bienes naturales no queda bajo el libe albedrío del interés de las organizaciones multinacionales. Son reguladas por el estado intentando dar precaución y restricción a los ecosistemas existentes.

Es tiempo de que nos podamos pensar incluidos pero con otras necesidades, con otras lógicas. Porque antes que el derecho a producir capital se restituye el derecho a vivir, a diagramar nuevas formas de vida. Al respecto me llama la atención cómo Ecuador habrá logrado instituir estos derechos constitucionales a la naturaleza.

Es una forma de pensamiento que ha logrado resistir a todos los embates que la biocolonialidad le pudo esgrimir. Son culturas locales y más añejas que cualquier tópica instaurada por la civilización europea. Mantienen otros tipos de conocimientos con relación al trabajo y la naturaleza "el no-conformismo y la marginalidad exponen a los individuos a las duras experiencias del insulto, el ostracismo, o incluso la persecución por la defensa de una creencia, de un comportamiento, de un sector del saber. Pero estos esfuerzos tienen su recompensa. De lo contrario no habrían existido tantas personalidades y subgrupos religiosos, políticos, artísticos y científicos capaces de afrontar fuertes presiones durante largos períodos para llevar a buen término, finalmente, determinados cambios esenciales" (Moscovici; 1996: 70).

Esta claro que bajo la forma social capitalista, la relación sociedad-naturaleza se quiebra. Entonces me pegunto ¿Qué tan lejos estamos de adoptar esas normativas a nuestro sistema institucional, cuáles serían las condiciones de posibilidad que habilitarían dicha concreción?

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Monografias.com

Instituto de psicología Social

Psicología de las organizaciones y el trabajo

 

 

Autor:

Christian de los Santos

2012

Encargado del curso

Prof. Agr. Lic. Psic. Tommy Wittke

Docente

Ayu. Lic. Alicia Migliaro

Partes: 1, 2
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